
viernes, 4 de enero de 2013
INTRODUCCIÓN
Históricamente el
sistema educativo español ha contado con tres modelos de escuela que entienden
la relación de género de forma diferente:
·El modelo de escuela
de roles separados, en él se imparte una educación diferenciada por sexos. Se
parte de la idea de que cada grupo tiene asignados unos roles en la sociedad
(los hombres se ocuparían de lo público y las mujeres de lo privado) por lo que
la igualdad de oportunidades entre sexos no es relevante, puesto que, al tener
funciones distintas en la sociedad, hombres y mujeres no tendrán que competir
por ocupar puestos dentro del sistema económico, político y social.
·El modelo de escuela
mixta, dominante en nuestro sistema educativo actual, se basa en el principio
democrático de igualdad entre todas las personas defendiendo la educación
conjunta e igualitaria. Este modelo parte de la idea de que existe una igualdad
plena entre hombres y mujeres y por tanto niega las diferencias culturales
entre grupos.
·El modelo de escuela
coeducativa, parte de la relevancia de las diferencias sociales y sexuales
entre niños y niñas, incorporando la diversidad de género como diversidad
cultural. Este modelo contempla la escuela como un espacio no neutral en el que
transmiten valores patriarcales asumidos como tradicionales y que contribuye a
aumentar las diferencias entre hombres y mujeres. La escuela coeducativa tiene
como objetivo la eliminación de estereotipos entre sexos superando las
desigualdades sociales y las jerarquías culturales entre niñas y niños.
La coeducación es un proceso que
exige:
-La eliminación de las
discriminaciones presentes, tanto en las estructuras y normas sociales como en
las actitudes de las personas.
-Un trato
discriminatoriamente positivo hacia la mujer para superar un desequilibrio
histórico que tardará siglos en compensarse.
- Una aceptación del
propio sexo y de la propia identidad sexual que se apoya en el trato justo y la
actitud positiva de quien ejerce influencia en la construcción de patrones
sociales y educativos.
-Una comunicación rica
y positiva que conduce al diálogo y la participación en proyectos comunes.
La coeducación exige
un planteamiento explícito e intencional en las actuaciones que van más allá de
la superación de los síntomas del sexismo.

COEDUCACIÓN Y SU HISTORIA
ILUSTRACIÓN
El concepto moderno de
la educación, como se entiende en la actualidad, tuvo su origen en el siglo
XVIII. La Ilustración toma conciencia de que la desigualdad no es una creación
de la naturaleza sino de la sociedad; y que el
género, más que un hecho
biológico es una construcción social.

Uno de los ilustrados, Rousseau, en
su obra Emilio, concretamente en el capítulo V llamado “Sofía” introduce
sus teorías de educación femenina, siendo Emilio un tratado de educación
masculina, mostrando que la mujer y su educación deben estar subordinadas a las
del hombre. Rousseau cree que hombres y mujeres poseen naturalezas y
entendimientos esencialmente diferentes, por tanto, la educación debe depender
de ese hecho.
Finales del siglo XIX
A
finales del siglo XIX, en España se propone la educación mixta,
cuando la mujer tenía una posición debilitada en la sociedad y era
necesario igualarla en cuanto al hombre.
Destaca Emilia Pardo Bazán
como Consejera de Instrucción Pública, propuso en el Congreso
pedagógico de 1892 la coeducación a todos los niveles, cuyo
objetivo era superar la división entre hombres y mujeres, esta
propuesta no fue finalmente admitida. La
postura defendida por Pardo
Bazán apoya la experiencia educativa
que desde 1876 hasta 1938 llevará a cabo la Institución Libre de
Enseñanza, cuyos principios pedagógicos vinculan la coeducación a
la escuela renovada, basándose en la convivencia natural de los
sexos en la familia y en la sociedad.
Siglo
XX

Todas
estas experiencias coeducativas, tanto públicas como privadas,
fueron impuestas por sectores progresistas, con la oposición de los
sectores más vinculados a la Iglesia, que defendían argumentos
religiosos y morales para demostrar lo perjudicial de esta práctica
y el peligro que suponía para la integridad moral de ambos sexos,
sobre todo para la mujer, e intentaban demostrar que la adopción
natural de sus funciones en la familia y en la sociedad exigía una
educación distinta y, por tanto, separada. El tema despertó en la
España de principios de siglo un apasionado debate, no sólo por la separación de sexos en la escuela, sino porque conllevaba una
importante carga ideológica al incidir sobre las relaciones sociales
entre hombres y mujeres y plantear la revisión de los roles sociales
de uno y otro sexo.
II REPÚBLICA

Primeras
maestras de la II República:
- Carmen de Burgos (Rodalquilar, Almería, 1867) participó activamente. Maestra y periodista, hubo quienes censuraron el contenido de sus clases porque hablaba de evolucionismo y fue duramente criticada por su compromiso con la emancipación femenina.
- Rosa Sensat (Barcelona, 1873): su educación se centraba en la enseñanza experimental de las ciencias en las escuelas y no se cansaba de repetir: "Pues sí, la mujer ha de saber física y química. Son conocimientos de la cultura general que, además de desarrollar su espíritu de observación, le proporcionan una gran cantidad de ideas".
- Assumpta Blanc i Cardoner (Barcelona 1945). Esta profesora tiene claro que la pedagogía infantil requiere espacios, rincones, juegos y posibilidades diversas; y una sala con mesas y sillas limita demasiado.
- Charo Guimerá (Santa Cruz de Tenerife, 1955). Esta profesora desde hace más de 28 años concibe la escuela como el medio que permite ejercer la democracia. De hecho, no entiende un aula sin asamblea. Ha sido y es el alma de las reivindicaciones de las escuelas rurales por considerar que son puntos de encuentro e intercambio cultural fundamentales y, sobre todo, porque es una opción de las familias.
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