jueves, 27 de diciembre de 2012



DÉCADA DE LOS 90



Entre 1986 y 1995 se establece con la LOGSE (1990), nueva legislación en educación que mantiene y amplía el movimiento de maestras y profesoras dispuestas a un cambio educativo y, a la vez, articula una política institucional a través de los mecanismos creados por la administración para impulsar políticas de igualdad.
Marina Subirats, Directora del Instituto de la Mujer durante el gobierno socialista español entre 1993 y 1996, presenta el resultado de una investigación realizada en Cataluña que muestra cómo las niñas adoptan actitudes de pasividad creciente cuando a ellas se les habla menos y aumentan notablemente su participación cuando son estimuladas en la misma medida que los niños. Ante el colectivo ellas hablan menos de sus experiencias personales vividas fuera del ámbito escolar, probablemente como consecuencia de la interiorización de un papel secundario que las lleva a sentirse poco importantes.

Simplemente la observación de la ocupación de espacios en las escuelas muestran cómo las niñas adoptan en conjunto el papel pasivo que se les asigna frente al papel activo otorgado a los niños. Son ellos los que ocupan los espacios centrales en los patios y en las aulas, e imponen sus juegos.
La Escuela Coeducativa se pone en marcha en España con la implantación de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo en 1990, en ella se encuentra la igualdad de oportunidades entre los sexos , a través de la coeducación. La voluntad de que el proceso educativo no suponga ninguna discriminación por razón de sexo.
Esta reforma educativa supuso importantes ventajas como la escolarización de las niñas, que partían de niveles muy inferiores a la de los niños, en calidad y en cantidad, y el mismo tipo de currículum para ambos. Sin embargo, a pesar de estas ventajas se aprecia discriminación por razón de sexo.

La escuela mixta ofreció el modelo masculino, conservando la perspectiva androcéntrica de la enseñanza manifestada en el currículum oculto. La eliminación de las referencias femeninas, trajo consigo que las niñas fueran tratadas como niños adaptándose a las maneras de educar masculinas. Los niños no sufrieron modificaciones en su forma de estar en la escuela, las niñas se encontraron con cambios sustanciales, manifestados en un lenguaje que las ignoraba, en ejemplos y referentes masculinos en los libros de texto, en una menor atención del profesorado en detrimento de sus compañeros, en las dificultades de utilización del espacio y la palabra, acaparados generalmente por los niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario