SIGLO XXI
La
coeducación intenta superar estos problemas, no pretende que los niños y las
niñas simplemente compartan un espacio y unos mismos contenidos, sino que parte
de reconocer las diferencias entre unos y otras. De valorar y entender la
riqueza de posibilidades que ello significa cuando se educa. Pretende
transmitir a ambos sexos aquellos valores y actitudes que se consideran como
positivos y formadores para ellos y ellas. Para educar de manera consciente en
las semejanzas, las diferencias y el respeto que se merecen todas las personas.
Es
necesario superar la confrontación entre inteligencia y afectividad y ofrecer
una educación que asegure el buen entendimiento entre mujeres y hombres.
Las
características de una escuela coeducativa deben ser abiertas y sujetas a
transformaciones que tengan presentes las resistencias que todo cambio genera,
algunos objetivos de cambio son:
-Un
sistema educativo en el que las niñas y los niños sean tratados con igual
atención, y se les conceda el mismo protagonismo.
-Similares
posibilidades de oportunidades y promoción para ambos sexos.
-Misma
consideración para los valores atribuidos al sexo femenino que los del sexo
masculino, pudiendo ser transmitidos tanto a chicas como a chicos por formar
parte del patrimonio cultural y social, y ser necesarios para la vida
colectiva.
El
carácter no discriminatorio de la educación se ha de concretar en unos
principios básicos:
-El
desarrollo de todas las potencialidades individuales y una real igualdad de
oportunidades educativas de alumnas y alumnos es responsabilidad de toda la
comunidad educativa.
-Una educación libre de sesgos sexistas debe
ser una meta educativa para que alumnas y alumnos realicen sus aspiraciones
personales y profesionales.
-El
currículo escolar debe ser integrador: basado en los intereses, motivaciones y
necesidades de ambos géneros, incluyendo la experiencia pasada y presente de
las mujeres. También incluir actividades para el desarrollo de las habilidades
necesarias para que alumnos y alumnas puedan manejarse tanto en el mundo
público como en el mundo privado.
-La
orientación escolar y profesional será no discriminatoria, tratando de romper
los estereotipos tradicionales.
-El
proceso de enseñanza y aprendizaje no debe ser limitado por el uso de un
lenguaje y unos materiales didácticos sexistas.
-Alumnas
y alumnos han de poder acceder en igualdad de condiciones a los recursos
escolares de aula, laboratorio, taller, gimnasio, etc, y a los extraescolares.
-Las
medidas de acción positiva (actuaciones temporales tendentes a compensar las
desigualdades de género), se establecerán fundamentalmente en las áreas
tradicionalmente estereotipadas. En algunas ocasiones pueden incluir la
constitución de grupos separados de alumnas y alumnos cuando la situación lo
requiera.
-La
evaluación educativa incluirá el sexo/género como un indicador de la calidad de
la educación.
-El
profesorado estará apoyado por el Consejo Escolar, el Equipo Directivo y la
Administración educativa en el desarrollo de estos principios.
La
escuela no debe ser sólo un lugar de aprendizajes técnicos y académicos , sino
que debe transmitir valores, y las alumnas y alumnos deben formarse como
personas sociales. La Escuela es un lugar privilegiado para reflexionar sobre
cómo nos posicionamos y orientamos en el mundo, cómo nos relacionamos y cómo
nos tratan por el hecho de haber nacido con un sexo u otro .
Reconocer las
responsabilidades, y las posibilidades de las y los docentes en la formación de
las personas sociales es importante para caminar hacia una Escuela coeducativa,
inclusiva y diversa.
El
Colegio de Educación Infantil y Primaria Severo Ochoa de San Javier de Murcia
están participando en un proyecto coeducativo donde todo el equipo docente
trabaja conjuntamente en un proyecto de educación transversal. Tutores, tutoras
y especialistas de las distintas materias planifican cómo incluir en sus
asignaturas la equidad de género en cada curso escolar. Todas las actividades
del centro buscan estimular la participación de niños y niñas en juegos y
actividades que tradicionalmente no han sido vinculadas a su sexo: por ejemplo
a los niños se les motiva para que participen en juegos dramáticos y tareas
relacionadas con el orden, la limpieza, el afecto; y a las niñas para que
participen en los juegos deportivos, las tareas de construcción, la mecánica.
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